La admiración española por este escritor único comenzó de la mano de Anagrama en 1982. Pero a comienzos de este siglo quien tomó la antorcha y no ha parado de publicar su ingente obra ha sido Acantilado. Ya no queda mucho por publicar, exceptuando su artículos periodísticos que se contabilizan en torno a los 1300. En España ya han aparecido varias selecciones de ellos: Primavera de café, Viaje a Rusia, Judíos Errantes, Crónicas Berlinesas. Este Gabinete de curiosidades es otra más que, como el autor nos tiene acostumbrados, no decepciona.
Los antologístas eligieron temas unificadores que marcaron su vida: los cafés en los que escribió, la relación con la Rusia zarista y su deriva comunista, su condición apátrida o la vida en el Berlín de entreguerras. Ésta se centra en un tema que le era muy querido: las rarezas humanas, curiosidades marginales y maravillosas que poblaban las grandes ciudades de la Europa de entre guerras. A esos seres extraños los agrupa en un panóptico que da título al libro: Gabinete de Curiosidades. De ese mundo cercano a la película La parada de los monstruos se obtiene un fresco de seres alejados de los grandes acontecimientos que sobrevive de forma totalmente marginal.
Su prosa es realista. En principio se autodenominaba expresionista pero devino claramente hacia un humor desencantado que surgía de un lenguaje sencillo y conciso.
Proviniendo de una familia de escasos recursos consiguió un grado universitario y fama como uno de los periodistas mejor pagados de su época, lo cual no quería decir mucho en aquellas tierras. Después tuvo éxito como novelista pero tuvo que salir huyendo de los nazis para acabar alcoholizado en París.
Los personajes que circulan por estos relatos se mueven entre su Galizia natal (entre las actuales Ucrania y Rusia) cuasi-medieval, la Viena cosmopolita anterior a la IGM y el Berlín de entreguerras, para acabar en el Paris anterior a la invasión nazi. Un mundo donde diferentes culturas y lenguas convivían a su manera hasta que las guerras las compartimentaron en naciones de una sola lengua y cultura. Se lee con melancolía y admiración.