Fargo
Ya me lo temía. Iba a sufrir con esta serie hasta que la pudiera terminar. Ha sido una de las dos triunfadoras de este año en los Globos de oro y creo que se lo ha merecido. El planteamiento es ambicioso. Convertir una película, un clásico, de los hermanos Cohen en serie televisiva. La historia transcurría en la ciudad del título: condensación del medio oeste americano: plano, pueblerino y limitadísimo mentalmente.
Aquí Fargo es la ciudad grande de la que viene los mafiosos y el pueblo donde se desarrollan los hechos es todavía más pequeño, aunque el enfoque es parecido. Una comunidad en la que reina el aburrimiento y pasa el invierno adormilada bajo la nieve se ve sacudida por la aparición de un asesino a sueldo. El killeres Billy Bob Thorton y encarna a un personaje parecido al de Barden en No es país para viejos, un ser implacable y solitario que, en el caso de Thorton, se divierte sacando la maldad de los pusilánimes. Su personaje es un éxito en un continuo pero está rodeado de otros tan interesantes como él. Un personaje que se repite en la película la serie y está magníficamente encarnadado por Tom Freeman (Watson de la serie Sherlock o Bilbo Bolsón en el Hobbit) es el del pusilánime que desencadena toda la tragedia al decidir hacer algo con su vida y ponerse asertivo. La policía más que rellenita que desenreda el entuerto es un personaje de ensueño con sus cálidos ojos y su tenacidad responsable en un mundo de incapaces. Su novio especializado en estatuarias posturas rezuma una melancolía real y también es un gran hallazgo. Los matones que van a por Thorton, uno mundo y el otro un dandy, y la escena durante la ventisca de nieve muestran la capacidad imaginativa de los creadores. Otra pareja es la de FBI negros y filósofos a los que la vida les cae encima cuando menos se los esperan. La historia del griego que cree oír mensajes de dios es quizás la que menos me convence pero es parte de la mística de las llanuras heladas del medio oeste en que se desarrolla la historia. El lerdo jefe de policía es algo más que un personaje de cartón y sólo sabe transmitir amor a la protagonista y a todos los que le rodean. Enternecedora la historia de su africano adoptado y la forma en que renuncia a su trabajo, no por miedo sino por su incapacidad para enfrentarse al mundo que él creía tranquilo y cercano. Keith Carradine como el padre ex-policía que ve la vida desde detrás de la barra del bar porque descubrió que no podía soportarla como policía. Pero que sabe lo que tiene que hacer para defender a los suyos y espera al mal en el porche de casa. Les agradezco que, de algún modo, hayan cerrado la historia y no nos dejen esperando la siguiente temporada, aunque sabemos que vendrá.